Madre, Padre:
Hoy es mi decimoséptimo cumpleaños. Sé que escribiros es romper la Ley. Sé que probablemente romperé esta carta en pedazos cuando esté acabada, así como he hecho en todos mis cumpleaños desde que tenía doce años. Pero escribo de todas formas, para conmemorar la ocasión, de la misma manera que algunos hacen peregrinaciones anuales a una tumba para recordar la muerte de un ser querido. ¿Ya que no estamos muertos el uno para el otro?
Me pregunto si cuando os levantásteis esta mañana, recordásteis que hoy, hace diecisiete años, tuvisteis a un hijo. Me pregunto si pensáis en mí, y os imagináis mi vida, aquí en el Instituto de Londres. Dudo que os lo podáis imaginar. Es tan diferente de nuestra casa rodeada de montañas y del inmenso limpio cielo azul y el sinfín de verde. Aquí todo es negro y gris y marrón, y las puestas de sol están pintadas en humo y sangre.
Me pregunto si os preocupáis que esté solo, o como madre solía decir siempre, que estoy frío y que he salido fuera en la lluvia otra vez sin gorro. Nadie aquí se preocupa sobre estos detalles. Hay tantas cosas que podrían matarnos en cualquier momento, que coger un catarro raramente parece importante.
Me pregunto si sabíais que podía oíros cuando vinisteis a por mi cuando tenía doce. Me metí debajo de la cama para bloquear el sonido de vuestros gritos llamándome. Pero os oí. Oí a madre llamar por su hijo, por su pequeño. Me mordí las manos hasta que sangraron pero no bajé y después Charlotte os convenció para que os fuerais. Pensé que volveríais de nuevo pero nunca lo hicisteis. Los Herondales son así de cabezotas.
Recuerdo ver los grandes resoplos de tranquilidad que dabais ambos, cada vez el Consejo venía a preguntarme si deseaba unirme a los Nefilim y dejar a mi familia, y cada vez decía que no y los sacaba fuera. Me pregunto si sabíais que era tentado: por la idea de una vida de gloria, de lucha y muerte para proteger como un hombre debería. Está en nuestra sangre; la llamada de los cuchillos serafines y la estela, las Marcas y los monstruos.
Me pregunto por qué dejaste a los Nefilim, Padre; me pregunto por qué Madre eligió no Ascender y convertirse en una Cazadora de Sombras. ¿Es por que los encontrabais crueles y fríos? Yo no los veo así. Charlotte especialmente es buena conmigo, sabiendo lo poco que me lo merezco. Henry está tan loco como un pincel, pero es un buen hombre: habría hecho reír a Ella. Hay poco bueno que decir sobre Jessamine, pero está desamparada. Tan poco como hay por decir sobre ella, sí hay mucho por decir sobre Jem - él es el hermano que Padre siempre pensó que debería tener, sangre de mi sangre, aunque no estemos emparentados. Aunque debí haber perdido todo lo demás, al menos he obtenido una cosa en esta amistad. Y hemos añadido a alguien más a esta casa, también. Su nombre es Tessa. Un nombre bonito, ¿verdad? Cuando las nubes solían rodar sobre las montañas del océano - este gris es el color de sus ojos -
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